ESTIMADOS Y QUERIDOS MIEMBROS DEL CLUB SHALOM CHILE EX - BECARIOS DE ISRAEL
Nuestra querida Patria ha sido azotada nuevamente por un devastador terremoto y tsunami que perturbó los sueños presentes y futuros de todo el país, siendo la zona más afectada la comprendida entre las regiones de Valparaíso y la Araucanía.
Esta catástrofe natural, definida de magnitud 8.8 grados en la escala logarítmica Richter ha posibilitado que vean la luz nuestras mayores virtudes y penosamente nuestros más grandes defectos.
Esta mirada de luces y sombras debemos enfocarla primeramente en el valor, la entereza y la solidaridad de tantos cientos de compatriotas que tuvieron la capacidad natural y espontánea de liderar procesos de rescate, socorro y evacuación de los miembros de su familia y de su entorno más próximo, la voluntad, la cooperación, la disposición de miles de voluntarios de todos los estratos sociales y económicos y edades que han aportado con su trabajo, conocimiento, logística y entusiasmo para ayudar a las personas y entidades afectadas, la generosidad y el compromiso de gran parte de la ciudadanía que ante una campaña nacional de carácter urgente para construir viviendas de emergencia, superó la meta programada de $ 15.000.000.000 obteniendo en un cómputo online la suma de $30.212.775.555, el cual han informado recientemente ha seguido incrementándose.
Por estar situado nuestro país al borde de placas tectónicas activas, la sismicidad es un fenómeno con el cual tenemos que convivir día a día y respecto al cual debemos estar preparados, ello en términos simples significa que en cada lugar donde habiten seres humanos debemos implementar medidas urgentes de formación de equipos de prevención que lideren y conduzcan los procesos de comunicación, los simulacros de evacuación y salvamento en los periodos normales y a su vez organicen las emergencias en los periodos de anormalidad producto de estos fenómenos de la naturaleza.
También este fenómeno telúrico ha dejado en evidencia grandes males, quizás el más grave por la implicancia en la pérdida de vidas humanas ha sido la indefinición de parte de las entidades técnico – profesionales responsables de los estudios, las acciones y la comunicación en estas áreas, no es comprensible para nosotros los ciudadanos, que se argumente que fallaron equipos que ya están obsoletos, me refiero al fax, invento de principios del siglo XX que se desarrolló en la década de los ochenta, nosotros los ciudadanos de a pié no concebimos que funcionarios designados en altos cargos de dirección fallen en los procesos de toma de decisiones que particularmente en esta situación costó la vida de compatriotas y extranjeros falta de información veraz y oportuna.
Las consecuencias de esta calamidad las observamos en dos planos, en el corto plazo tenemos las víctimas, los heridos, la destrucción de los bienes inmuebles, los enseres, el desastre producido en las obras de infraestructura, la vialidad, etc. Queda por observar en el largo plazo los cambios que experimentarán las cuencas lacustres, las alteraciones topográficas, las modificaciones en el curso de los ríos lo que implicará redefinir zonas de habitabilidad, de agricultura, de ganadería etc.
Las proyecciones de crecimiento de la Economía definidas previamente sufrirán un gran cambio, todo nuestro quehacer sufrirá modificaciones, la agenda gubernamental será adaptada a este nuevo escenario y nosotros mismos debemos tener otra mirada, más profunda, más comprometida, más reflexiva, en definitiva más humana.
Nuestra querida Patria ha sido azotada nuevamente por un devastador terremoto y tsunami que perturbó los sueños presentes y futuros de todo el país, siendo la zona más afectada la comprendida entre las regiones de Valparaíso y la Araucanía.
Esta catástrofe natural, definida de magnitud 8.8 grados en la escala logarítmica Richter ha posibilitado que vean la luz nuestras mayores virtudes y penosamente nuestros más grandes defectos.
Esta mirada de luces y sombras debemos enfocarla primeramente en el valor, la entereza y la solidaridad de tantos cientos de compatriotas que tuvieron la capacidad natural y espontánea de liderar procesos de rescate, socorro y evacuación de los miembros de su familia y de su entorno más próximo, la voluntad, la cooperación, la disposición de miles de voluntarios de todos los estratos sociales y económicos y edades que han aportado con su trabajo, conocimiento, logística y entusiasmo para ayudar a las personas y entidades afectadas, la generosidad y el compromiso de gran parte de la ciudadanía que ante una campaña nacional de carácter urgente para construir viviendas de emergencia, superó la meta programada de $ 15.000.000.000 obteniendo en un cómputo online la suma de $30.212.775.555, el cual han informado recientemente ha seguido incrementándose.
Por estar situado nuestro país al borde de placas tectónicas activas, la sismicidad es un fenómeno con el cual tenemos que convivir día a día y respecto al cual debemos estar preparados, ello en términos simples significa que en cada lugar donde habiten seres humanos debemos implementar medidas urgentes de formación de equipos de prevención que lideren y conduzcan los procesos de comunicación, los simulacros de evacuación y salvamento en los periodos normales y a su vez organicen las emergencias en los periodos de anormalidad producto de estos fenómenos de la naturaleza.
También este fenómeno telúrico ha dejado en evidencia grandes males, quizás el más grave por la implicancia en la pérdida de vidas humanas ha sido la indefinición de parte de las entidades técnico – profesionales responsables de los estudios, las acciones y la comunicación en estas áreas, no es comprensible para nosotros los ciudadanos, que se argumente que fallaron equipos que ya están obsoletos, me refiero al fax, invento de principios del siglo XX que se desarrolló en la década de los ochenta, nosotros los ciudadanos de a pié no concebimos que funcionarios designados en altos cargos de dirección fallen en los procesos de toma de decisiones que particularmente en esta situación costó la vida de compatriotas y extranjeros falta de información veraz y oportuna.
Las consecuencias de esta calamidad las observamos en dos planos, en el corto plazo tenemos las víctimas, los heridos, la destrucción de los bienes inmuebles, los enseres, el desastre producido en las obras de infraestructura, la vialidad, etc. Queda por observar en el largo plazo los cambios que experimentarán las cuencas lacustres, las alteraciones topográficas, las modificaciones en el curso de los ríos lo que implicará redefinir zonas de habitabilidad, de agricultura, de ganadería etc.
Las proyecciones de crecimiento de la Economía definidas previamente sufrirán un gran cambio, todo nuestro quehacer sufrirá modificaciones, la agenda gubernamental será adaptada a este nuevo escenario y nosotros mismos debemos tener otra mirada, más profunda, más comprometida, más reflexiva, en definitiva más humana.
Mireya Rojas Garrido
No hay comentarios:
Publicar un comentario